CASA TRASTÁMARA:

 

MARÍA DE  TRASTÁMARA, SEXTA  INFANTA DE ARAGÓN

REINA DE  CASTILLA: (1420-1445)

 

Sexta por orden de nacimiento, la princesa María fue la primera hija del príncipe regente Fernando y su esposa Leonor de Alburquerque, quienes la destinaron desde el mismo momento de nacer para ser la esposa de su primo carnal, el futuro Juan II de Castilla.

 La muerte de la reina-madre Catalina de Lancáster (1418) , dos años después que la del príncipe-regente Fernando, obligó a establecer en Castilla un Consejo de regencia que recayó en el joven infante don Juan (18 años), que contaba con el total apoyo de Sancho de Rojas, antiguo privado de su padre.

 Encumbrado por Fernando de Trastámara al arzobispado de Toledo, Sancho de Rojas aprovechó la situación para consolidar el matrimonio del futuro monarca castellano (13 años) con su prima María de Aragón. La boda se celebró en Medina del Campo, el 20 de octubre de aquel mismo año, cuatro meses antes que el príncipe heredero fuera proclamado mayor de edad ante las Cortes castellanas, reunidas el 7 de marzo de 1419, en Madrid.

 De esta unión, nacería un solo hijo, el futuro Enrique IV el Impotente

La reina María, en lugar de mantenerse al margen de las guerras civiles provocadas por sus hermanos para derrotar a don Álvaro de Luna, favorito de su marido, tomó parte activa en ellas . En 1440, firmó con su hermano el infante Juan, entonces rey consorte de Navarra, un pacto de confederación contra el valido, que supuso el primer destierro de don Álvaro.

En 1444, cuando la nobleza castellana abandonó el bando de su hermano Juan, ya viudo de Blanca de Navarra, y liberó a su marido, secuestrado por el propio don Juan (golpe de estado de Rámaga, 1443), supuso el fin de la prisión del monarca castellano, encarcelado por los infantes en la fortaleza de El Portillo y el retorno de don  Álvaro de Luna como privado del rey.

 La reina murió envenenada en Villacastín (Segovia), por orden de don Álvaro de Luna, dos meses antes de la batalla de Olmedo (1445), donde sus hermanos, el infante Juan perdería todos sus bienes en Castilla y su hermano Enrique encontraría también la muerte.