ESTUDIO SERIE
CARDONA-SEGORBE

            

 

            

Transportadas las cajas al piso superior --había también dos urnas con reliquias, una lipsonoteca y dos ataúdes infantiles--, se procedió a su abertura. Los huesos de algunas cajas estaban protegidos por gruesas capas de algodón que, con la humedad, habían propiciado la proliferación de hongos que habían alterado considerablemente su conservación, mientras que otros estaban envueltos en periódicos del año 1932.

El estudio provisional realizado hasta ahora permite establecer que esta serie está constituida por restos, al menos, de 104 individuos, entre los cuales hay 6 niños entre meses y 12 años, 4 jóvenes, 74 adultos, 10 sujetos de edad madura y 10 ancianos La textura de la superficie de los huesos confirma que estuvieron expuestos a la acción de los agentes atmosféricos durante algún tiempo, ya que presentan las típicas señales dejadas por efecto de la intemperie.

      

La mayoría de los huesos están fragmentados y sólo se conservan los largos del esqueleto, cráneos y fragmentos de ellos. Los menudos, sobre todo, de pies y manos, son muy escasos.

Esto indica que hubo una selección previa del material, muy posiblemente se encontraban depositados en otro lugar, del que se recogieron sólo los de mayor tamaño.

      

En general, los individuos, aunque no muy altos, eran muy robustos, pues la talla media, aproximada, es de 1,68 m. en los hombres y de 1,60 en la mujeres. Las marcas dejadas en los huesos indican importantes esfuerzos musculares de la cintura escapular y columna, así como en la zona de articulación de la cadera, actividades tal vez relacionadas con soportar fuertes pesos, lanzar objetos o montar a caballo.

Sin embargo, las fracturas y traumatismos son realmente escasos, así como las enfermedades infecciosas crónicas, salvo algunos sujetos que pudieron haber padecido algún tipo de treponematosis. El mayor número corresponde a los procesos degenerativos como la artrosis vertebral y a la patología derivada por sobrecarga en la columna. Unos de los cráneos muestra señal de una trepanación, realizada con un instrumento metálico de rotación mecánica, operación a la que, el individuo, no sobrevivió .

      

Esta serie sólo ha podido ser estudiada como osario, pues no es posible individualizar los sujetos que la componen puesto que están mezclados, no se conservan todos los elementos de los esqueletos, y una parte de los huesos están fragmentados.